La importancia de cumplir el currículo es algo vital aquí en Finlandia. Desde la universidad nos hablan de cómo nunca debemos centrarnos en libros de texto y que siempre debemos usar el currículo como nuestra guía para saber qué enseñar y cómo enseñarlo. En los últimos años, con el nuevo currículo que tenemos, se nos anima a innovar y a usar metodologías que se acoplen a la realidad del alumnado.
Tenemos la suerte de que las escuelas no tienen convenios ni contratos con editoriales y somos libres para elegir qué libro queremos usar o incluso si no queremos libro de texto en absoluto. Esto facilita la libertad de las escuelas a la hora de salir de la rutina del libro de texto. Los padres, a su vez, entienden la realidad en la que nos encontramos y están familiarizados con los nuevos cambios que el nuevo currículo ha implementado. He de decir que esto depende mucho de la escuela y también del propio docente y qué tipo de contacto tiene con los padres. Desde mi punto de vista, es necesario mantener informados a los padres acerca de las metodologías aplicadas y/o cambios que se salgan de lo "normal" o "común", ya que también para ellos puede resultar desconocido (y como ya se sabe, lo desconocido a veces abruma).
Como habéis podido ver en mi blog, uso metodologías que se centran en la autonomía del alumno y en el aprender por uno mismo. Para mí esto es importantísimo y además, tiene un papel fundamental en el nuevo currículo. Yo me intento ocupar de que los alumnos desarrollen sus destrezas y habilidades para trabajar en grupo, con todo lo que ello conlleva: argumentar, escuchar opiniones, exponer opiniones propias, discutir, evaluar, recapacitar, etc. No es una tarea fácil, y requiere mucho trabajo por ambas partes: profesor y alumnado. Me atrevería a decir que este tipo de metodología incluso demanda más planificación y atención por parte del profesor que una metodología más convencional, ya que es necesaria la evaluación constante y hacer partícipe al alumno de su propia evolución (autoevaluación).
A veces se piensa que el darle más autonomía al alumno y que trabaje de manera independiente (sin tener al profesor de pie delante de la clase explicando un tema y luego tener a los alumnos haciendo ejercicios del mismo) es algo más cómo para el docente. La idea no es dejar al alumno trabajando a su libre albedrío, la idea no es parar de explicar teoría, la idea no es que el alumno lo aprenda por sí mismo (o en grupo). Muy equivocadamente, vemos prácticas de docentes que bajo el concepto de "autonomía" descuidan a sus alumnos y no tienen un seguimiento de su aprendizaje. El alumno sigue necesitando al profesor, sigue pidiendo ayuda, y tenemos que seguir preparados para esto. Si vamos a cambiar las formas de enseñar, si vamos a innovar, tenemos que cercionarnos de que lo estamos haciendo con el objetivo adecuado.
Anteriormente he mencionado las autoevaluaciones y cómo con estas conseguimos que el alumno sea partícipe de su evolución. Yo, personalmente, durante mis años de estudio nunca tuve la oportunidad de reflexionar sobre mi aprendizaje o de elegir objetivos propios para mejorar. Ahora, como docente y después de haber utilizado las autoevaluaciones de manera constante, puedo afirmar que los alumnos se empoderan y se vuelven más conscientes y responsables con su trabajo. De alguna forma, siento que ellos mismos aprecian el ser escuchados y valorados. Sólo hay que imaginar el bien que les hace este tipo de sentimientos. Me gustaría clarificar, que las autoevaluaciones no solamente son sobre temas de conocimientos, de hecho, me gusta que las autoevaluaciones se centren en habilidades sociales y destrezas personales, aquellas que pueden servirles no solo en la escuela, sino en la vida cotidiana. Al fin y al cabo de eso se trata, de que todo lo que aprendan con nosotros les haga crecer como personas.
Saludos,
Alba ➹➷
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